Nuestra historia se remonta a la década del 50 cuando Carlos Graffigna, nuestro fundador, era tan solo un niño jugando y corriendo por los pasillos del bazar en el que trabajaba su padre. En la adolescencia se subió con un amigo a un Playmon 47 para recorrer el país y vender lo que mejor conocía: artículos de bazar. Por fin, entrados los años 80, llegó la oportunidad de abrir el primer local y, más tarde, la mudanza a la ubicación actual en la calle Constitución.
Carlos sabe como nadie lo que es forjarse desde cero, tener un sueño, luchar por él cada día desde la mañana hasta la noche y hacer todo lo posible para salvarlo, pase lo que pase en el contexto económico del país. Y ese mismo espíritu empresarial nos transmitió a nosotros, sus hijos, para que su legado siga vivo en el futuro, por generaciones. Y eso hacemos, cada día, cuando abrimos las puertas del local.
Será por esta historia que estamos tan enfocados en atender bien a nuestros clientes. Y con atender bien nos referimos a darnos el tiempo para conversar hasta entender qué es lo que se está necesitando concretamente y asesorar con honestidad. Porque, aunque nuestro surtido es amplísimo, a veces nos piden cosas muy específicas que no tenemos y entonces nos ocupamos de buscarlo o de recomendar dónde pueden encontrarlo.
Pero en donde más nos empecinamos en no fallar es en la posventa. Ése punto es crucial. De hecho, creemos que es lo más valorado por nuestros clientes y lo que hace que nos elijan una y otra vez. Porque saben perfectamente que, si ocurriera algún problema con una maquinaria o con lo que sea, nosotros vamos a responder y lo vamos a hacer rápido, como corresponde.
Ahora, en estos tiempos de virtualidad, invitamos a tods a abastecerse mediante nuestra tienda online, pero sabiendo que siempre pueden enviarnos un whatsapp, un mail o llamarnos por teléfono. Nosotros siempre vamos a estar ahí, del otro lado, haciendo lo que sea necesario para que cada cliente se sienta bien atendido, como siempre.
